domingo, marzo 27

Estamos en campaña

A dos semanas exactamente de saber quienes pasarán a segunda vuelta. Los comunicadores y críticos del tema dicen que habrá quíntuple empate, que hay sorpresas, que no se sabe.
Lo que si sabe y nos da coraje, es que por otro lado, ya se sientan dueños de la ciudad, esta ciudad Huancaína que está maltratada, golpeada por la baja capacidad de autoridad y manejo de ciudad, que tiene los últimos alcaldes, al pensar que la ciudad es el espacio de ellos, y no de la población, al quitarnos árboles, áreas verdes, espacios públicos, de arte, de lectura, de bailes, de danzas, de costumbres.




Uno de los tantos es el Partido del Señor de la Chacana, que no tiene ni el más mínimo respeto por la ciudad, por las "veredas", haciendo perforaciones en ellas, para poner sus letreritos. ¿Es justo que a parte de ver que estas "bestias", no tienen autoridad, se mandan con malograr las pocas veredas "buenas" que nos quedan?. ¿Nosotros que estamos haciendo?. Si somos críticos, seamos buenos críticos, si apoyamos a algún partido, seamos inteligentes y propongamos campañas a la altura de las propuestas.








Todo es un vacilón, como ellos toman a nuestra ciudad.

Post: Juan Bustamante
Fotos: Archivo Personal.

domingo, marzo 6

Convocatoria por el Salvajismo


A todos los que amamos, la naturaleza y odiamos la ineptitud, creemos que es justa la petición, luchemos como siempre hacemos los jóvenes, con el apoyo de todos, lograremos hacernos respetar, no es justo que los que nos gobiernan sigan pisoteando nuestra voluntad y nuestra vida.
Traigan todo material necesario para exponer lo que era la facultad y como esta ahora, seamos inteligentes y capaces.

CARTA MEMORIAL

Señor Rector, Señores miembros del Concejo Universitario, Señor Decano, señores miembros del Concejo de facultad, señores autoridades, reciban nuestros considerados saludos. Ustedes son personas mayores, hasta “viejos” podríamos decirles con todo el respeto y cariño que pudieran merecer. A ustedes nos dirigimos para que nos escuchen y atiendan, porque comprendemos que estamos en la Universidad Peruana Los Andes: crisol del conocimiento, la inteligencia, la sabiduría, la ciencia y el humanismo. Fuente donde bebemos las enseñanzas que ofrece por misión esta gran institución Académica del Perú. La patria que con orgullo nos alberga y que nosotros con humildad y respeto ocupamos. Universidad que nos prepara para construir un mundo mejor y digno de ser habitado.

Hace poco volvimos a la Universidad y nos dimos con la ingrata sorpresa de observar un panorama que sólo en las películas de ciencia ficción imaginábamos: muerte y desolación, masacre, vileza, salvajismo, estupidez y desesperanza. Un escenario increíble, inexplicable y confuso. Entonces como estamos en la universidad y aquí se desarrolla un proceso de enseñanza aprendizaje, intentamos entender la lección que se mostraba ante nuestros ojos:

¿Cuál es la lección recibida?

¡Qué cuando un árbol viejo nos da una sombra que no entendemos, nos quita una luz que no necesitamos y que pareciera nos estorba…! ¡Hay que cortarlo y eliminarlo!

¡Qué cuando un árbol viejo nos brinda su melodía a través del viento y el canto de loas pájaros que cobija, recordándonos que hay que vivir en armonía con la naturaleza, tal vez contándonos su propia historia…! ¡Hay que cortarlo y eliminarlo!
¡Qué cuando un árbol viejo se yergue triste y desconsolado porque le van quitando su hábitat, porque sus ramas se van secando…! ¡Hay que cortarlo y eliminarlo!

¡Qué cuando un árbol viejo se mantiene en pie, fuerte y con dignidad, intentando darnos una lección de fortaleza y sobriedad…! ¡Hay que cortarlo y eliminarlo!

¡Qué cuando un árbol viejo sufre porque no le entienden, no lo escuchan, no lo toman en cuenta, lo abandonan y lo olvidan…! ¡Hay que cortarlo y eliminarlo!

¡Qué cuando un árbol viejo juega con el paso del tiempo, definiendo el espacio, marcando su presencia, diciéndonos con sus ramas y sus arrugas! ¡Sigo vivo!...

¡Hay que cortarlo y eliminarlo!

¡Qué cuando un árbol viejo se hace nuestro amigo, confidente y fiel testigo de penas, alegrías, triunfos y fracasos y se convierte en sabio consejero para un alma joven…! ¡Hay que cortarlo y eliminarlo!

¡Qué cuando un árbol viejo se cruza en nuestro recto, monótono y mediocre camino, en vez de rodearlo con respeto y admiración…! ¡Hay que cortarlo y eliminarlo!

¡Qué cuando un árbol viejo se llena de hojas secas, de ramas débiles, de historias silenciosas, testigo de mil sueños e ilusiones…! ¡Hay que cortarlo y eliminarlo!

¡Qué cuando un árbol viejo se encorva por el paso de los años, se muestra arrugado y seco, apenas puede susurrar con el viento…! ¡Hay que cortarlo y eliminarlo!

¡Qué cuando un árbol viejo forma parte de nosotros, de nuestro orgullo, nuestro refugio, nuestro argumento para contarles nuestra vida a nuestros hijos…! ¡Hay que cortarlo y eliminarlo!

¡Qué cuando un árbol viejo no se detiene nunca y nos brinda con esmero el oxígeno y la humedad que tanta falta nos hacen para tener una vida sana y con futuro…! ¡Hay que cortarlo y eliminarlo!

¡Hay que cortar nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro y eliminarlo!

¡Esta es la lección recibida!

Señor Rector, Señores miembros del Concejo Universitario, Señor Decano, señores miembros del Concejo de facultad, señores autoridades, ustedes son personas mayores, hasta “viejos” podríamos decirles con todo el respeto y el cariño que pudieran merecer, son para nosotros como los árboles viejos que ustedes eliminaron sin piedad ni misericordia. Por eso estamos muy confundidos, no sabemos si debemos estar agradecidos por estas lecciones de vida que nos dan con una arrogancia y vanidad incomparable o avergonzarnos ante esta actitud humillante que para nosotros los jóvenes no tiene justificación.

¿Qué pueden esperar ustedes los viejos de nosotros los jóvenes con estas lecciones de vida? ¿Qué espera Huancayo, el Perú, el mundo de nosotros? ¿Qué esperan ustedes con toda la didáctica y pedagogía que pregonan a viva voz y en grandes carteles? ¿Qué esperan que entendamos con el ejemplo objetivo y didáctico que nos dan, para respetar y entender la vida, la naturaleza y a lo viejo? Nuestra respuesta aprendida es simple, no se enreda en conceptos pedagógicos, didácticos, científicos ni políticos, no es un chamullo ni un caramelo en la boca. Demás está decir que la lección sólo nos muestra que todo lo viejo debe ser cortado y eliminado, sin buscar razones, sin dar tregua, sin entender la vida, sin escucharlos. La lección nos dice que la muerte en la UPLA se da como en las peores dictaduras, se juzga y se condena sin escuchar al acusado inocente y sin ningún derecho a la defensa. Culpable en la UPLA es el “viejo” al que no se le escucha ni se le entiende un comino, culpable en la UPLA es el viejo que camina despacio y estorba, culpable en la UPLA es el viejo sabio que muestra arrugas y cabello blanco, culpable en la UPLA es el viejo amigo y sonriente, culpable en la UPLA es el viejo que no nos gusta o nos mira mal porque sus ojos apenas pueden ver, culpable en la UPLA es el viejo que apenas si sonríe porque no tiene dientes, culpable en la UPLA es el viejo que alguna vez fue joven y ahora es toda una entidad de conocimiento pero es viejo. Y la vejez parte más delicada e importante de la vida, en la UPLA, es un sacrilegio, es la principal causa del ajusticiamiento y la condena. ¿Es esta la UPLA de siglo XXI…? Irreconocible ¿Verdad? pero cierto.

Señor Rector, Señores miembros del Concejo Universitario, Señor Decano, señores miembros del Concejo de facultad, señores autoridades, ustedes son personas mayores, hasta “viejos” podríamos decirles con todo el respeto y el cariño que pudieran merecer, son para nosotros como los árboles viejos. Es esta la lección que nos dan. No acabamos de entender. El dolor que sentimos por esta pérdida irreparable, es muy fuerte; pero lo es más por lo que nos han enseñado de la forma más didáctica posible, de la forma más cruel, inexplicable e incomprensible. Esta lección duele por todos lados. Tiene sabor a pérdida, frustración, desconcierto, decepción, rabia, vergüenza, tiene sabor y aroma a muerte.

Nuestras lágrimas, miles de palabra soeces, una revolución no pondrán los viejos árboles nuevamente en los jardines de la Universidad. Pueden sembrar miles de árboles, pero con los que eliminaron, se llevaron parte nuestra, no sabemos si algo en ustedes habrá cambiado, nosotros si estamos descarnados. Somos jóvenes y no queremos ni escuchar que la edad madura y la vejez causan estupidez severa e irreversible. Porque hasta dónde nos enseñaron nuestros padres aquí y en todas las culturas del mundo: al hombre viejo y al árbol viejo, hay que conservarlos como nuestras joyas más preciadas.

Por eso estamos confundidos, no llegamos a la universidad para que nos enseñaran esto, eso lo pudimos aprender leyendo en un libro pirata del bazar suelo: el holocausto judío o la barbarie estadounidense en Irak, o viendo la obras de algún alcalde ignorante y politiquero muy cerca en nuestras ciudades, pero jamás nos imaginamos algo así en la universidad. ¡No!, para nosotros ¡la universidad era lo más sagrado, muy diferente!

La verdad no sabemos que pedir, estamos muy dolidos, y creemos que todo lo que se nos ocurre pedirles a ustedes como “hombres viejos”, no lo van a poder cumplir.

Pero como la juventud es efervescente y necesitamos quitar de nuestras mentes estas valiosas y absurdas lecciones recibidas, por lo menos déjennos a los jóvenes futuros arquitectos e ingenieros y a nuestros profesores reconstruir el hogar de los árboles viejos que fue un inequitativo campo de batalla donde el leñador se ensañó con insania. Permítannos ser vuestro camino a la indulgencia como consideramos nos corresponde por derecho a ser jóvenes y algún día viejos.

Permítannos recomponer lo perdido, ustedes nos han demostrado que no pueden hacerlo, que no son capaces de componer ni convivir con la naturaleza, déjennos a nosotros. Sin duda, el resultado no será una masacre ni una pérdida de tiempo, historia y vida, estamos seguros será un ejemplo de vida para los que nos siguen, nuestros hijos… nuestra ciudad, nuestra patria…

Eso es todo lo que les pedimos, Señor Rector, Señores miembros del Concejo Universitario, Señor Decano, señores miembros del Concejo de facultad, señores autoridades, a ustedes que hasta “viejos” podríamos decirles con todo el respeto y todo el cariño que pudieran merecer, y que son para nosotros como los árboles viejos, a ustedes que son nuestras autoridades y nuestros ejemplos de vida. Eso es todo lo que les pedimos, una oportunidad para demostrarles que por más esfuerzo que hicieron no aprendimos ni repetiremos lo malo de esta lección.

Muchas gracias por la oportunidad y por ser hombres viejos que alguna vez fueron jóvenes.
Atentamente.

Los Estudiantes jóvenes de arquitectura e ingeniería que alguna vez seremos viejos.

PD. Ojalá los troncos no hayan sido arrojados como desperdicio, por lo menos para leña pudieron servir y ser vendidos. Porque todo esto ya no sólo sería un crimen, sino una malversación.

viernes, marzo 4

Autoridad tonta.

Buenos días, grandes pensadores.

El colectivo nació en la Facultad de Ingeniería UPLA - Huancayo, Perú. Lamentablemente y siendo claros, ya muchos lo han dicho, pero pocos se atreven a denunciar virtual, física y abiertamente, el grave atropello hacia la naturaleza de la Facultad que ha sido dirigido por el Decano de la Facultad, hacia de nuevo, la verdadera belleza y Arquitectura de la cual contaba dicha Facultad, a nuestro parecer una de las mejores (hasta hace poco), en relación a naturaleza, hombre, bienestar y estudio con la que convivíamos.

Les dejamos algunas fotos de lo que fue antes y lo que es ahora; de lo que ha sido el desborde de brutalidad con la que las seudo autoridades, gobiernan y piensan en "desarrollo" y "modernidad", cuando estan limitados, por pensamientos mediocres y sin criterio de cómo vive y como deberían vivir los demás.



"Palpar es una segunda forma de la vista"




"La arquitectura será mas arquitectura,
mientras mas paisaje sea"






"La patria se compone de esa alianza, que liga a la naturaleza, con la casa construida"






"Hay cosas que no son de apariencia,
sino de esencia"






"Le Corbusier: Estoy feliz de mi carrera, porque estoy en contacto directo con la naturaleza"

Post: Juan Bustamante
Fotos: Archivo Personal